Revista Latinoemerica de Poesía

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Miércoles de poesía en Trilce



  El próximo miércoles 7 de mayo en Librería Trilce, se presentarán los poetas Fabiola Acosta (Barranquilla) y Santiago Espinosa (Bogotá). Les invitamos a verlos y a conocer una muestra de su trabajo.      FABIOLA ACOSTA Poeta de Barranquilla, Colombia. Autora del libro Al otro lado de la guerra. Sus textos han sido publicados en distintas revistas literarias y periódicos. Ha sido invitada como poeta a diferentes eventos literarios nacionales e internacionales como Uruguay, Venezuela y Argentina. Es gestora cultural y coordinadora de la Fundación Artística Casa de hierro desde donde lidera espacios culturales para Barranquilla .Actualmente es presidenta del Consejo de Literatura de Barranquilla, ciudad donde reside.   CIUDAD OLVIDADA Lo que ves no es mi ciudad desteñida No son mis aguas derramadas No son mis silencios No son mis guerras No son mis cenizas Lo que ves es el miedo Un miedo de clavos que va por dentro Un miedo que se alimenta de una ciudad seca que traga árboles que construye tumbas sin nombres y le reclama al dolor sus hojas secas Lo que ves es el tiempo vencido petrificado y fatigado en un cuerpo recogiéndose en la garganta. Lo que ves es tu sangre vestida de hielo Testigo solitaria de tu indiferencia.   DIOS DE PÁJAROS Me habitan voces árboles florecidos mares lejanos seres negros y blancos Me habita una niña vestida de río un disfraz de mariposa una risa de acuarela un perro cómplice Me habita una tarde de ojos amarillos calles talladas en los huesos, un impulso un miedo que pestañea cuando da la espalda para aprender a morir Me habita un amor de espinas un canto suave de cuna eucaliptos bañados de silencio el alma del vino un sudor verde en la una aguja cosiendo una lágrima un siglo revoloteando en las manos de Dios un rostro una vida el mundo y sus plegarias un relámpago libre una noche de centellas una conciencia sin espantos un placer amargo la rabia el perdón un corazón de historias encerrado en la tierra un espíritu de pantera Me habita un pueblo de parpados cerrados. ***   SANTIAGO ESPINOSA Poeta, crítico y periodista. Profesor del Gimnasio Moderno de Bogotá donde coordina su Escuela de Maestros. Egresado en Literatura (2009) y Filosofía (2010) de la Universidad de los Andes. Poemas y ensayos suyos han aparecido en diversas publicaciones de Colombia y el exterior. Es el encargado de las labores de difusión y divulgación de la temporada de Ópera de Colombia y del Museo de Arte Moderno de Bogotá. Su libro Los ecos fue publicado por Taller de edición en 2011. Lo lejano obtuvo una mención de honor en el concurso internacional de poesía Paralelo Cero, del Ecuador, donde será publicado próximamente.   CAMPANAS   “As all the Heavens were a Bell”, Emily Dickinson.   De lo oscuro suenan campanas. Y el bar, las casas, las mesas que esperan, emprenden su detenido ascenso. Parte el aviso, los faroles con forma de esfera. Parte el mendigo, el viejo sonámbulo de un lado al otro, del cielo al pan mientras todos parten. El barrio es el sueño de un barco que rumora cuando suenan las campanas; cuando brotan las sucias burbujas en los vasos, las camas, y una opaca centella emerge impaciente. Campanas. El vértigo viaja en sus ondas de acero, se doblega y recomienza.   SOLILOQUIO DEL RASPACHÍN   Con estas manos planto semillas de viento. Espero su floración de hojas pardas, antiguas como el suelo. Las hojas son los rostros de los niños sin descanso creciendo en la selva, estrellas o corales olvidados que silban entre los árboles. Desayuno. Pienso en el padre de los lunes frente a un pocillo roto, repaso cicatrices. Limpio las hojas secas sobre una tablilla, en calma, como el que lava un aluvión de oro en lo profundo de su casa. En la semilla está el sol negro de los puertos, respirando a la distancia El viento llega a los bolsillos de la noche. Recorre plazas, avenidas desiertas, esquinas donde alguien paga una promesa en la oficina de recaudos. Pasa por los parques que no conozco. Descansa en la furia de las llaves. Traza dos líneas de fuego en la repisa del bar. Construye palacios y destierra casas viejas, casas de rejas blancas junto al espejo del lago. Mi oficio es el oficio de mi padre. Cuido la sal, el puño, mido los cristales, espanto de mi casa pajarracos negros. Con estas manos he cosechado tempestades.  



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