56. Juan Cameron
Con una secreta claridad Juan Cameron (Valparaíso, 1947) sale de viaje y regresa, se abre y se repliega a un tiempo. Su obra es una interesante bitácora que registra un mundo que no posee límites geográficos ni temporales. El poeta se reconoce en la contingencia de los caminos que constantemente se bifurcan, en ese espejo que son las ciudades, o el pasado, o la misma literatura. Comparte, en ese juego que son sus poemas, una singular intimidad y se hace parte vital de las cosas elementales y bellas que nos rodean.
Compartimos una amplia muestra de su poesía, publicada en más de treinta libros y reconocida con diferentes premios literarios alrededor del globo.
ESCRITO ENTRE LÍNEAS
Fue en Garelochhead o en Upper Tyndrum o en Cruachan
o en Oban no importa
que subió esta muchacha de vuelta de Fort William
donde viajé en invierno a escarbar mis raíces
La tierra estaba dura
y yo en verdad me iba asustado
falto de movimiento girando por el mundo
El whisky estaba caro
la comida era pérfida
así un castillo oscuro arriba en la montaña
y de pronto a chica extendió ese cuaderno
que solemos llevar quienes viajamos
sobre el mesón del carro
y escribió
Escribía mirando el paisaje quebrado
de las altas tierras de esa Escocia
que yo me reclamaba.
¿Qué escribía esa niña? ¿Un poema?
¿El trozo inicial de una novela?
Pues no era una carta de amor ni de suicida
su letra que saltaba entre las líneas
como un tren de regreso a la estación de Glasgow
No quise hablarle es cierto
tal vez más adelante en la continuación del viaje
me encuentre con su texto sin saber que era el de ella
Soy tímido y procaz mas no me atrevo
prefiero que el misterio atestigüe su trecho
traqueteando en las vías de esta triste memoria
que se alegra de armar esta cuidada imagen
como una estación abandonada arriba
en el jadeo frío de los ferrocarriles.
CATULO
¿Recuerdas Catulo las Bermudas?
Allí paseábamos en shorts con ese extraño nombre
de las Indias Orientales
Y el vaso en tu mano lucía tan ridículo como en un
spot publicitario
¿Recuerdas a Lesbia en la plaza pública?
Te guiñó un ojo al pasar y tú sonreíste con orgullo
y después fuiste al hotel a escribir estos textos espantosos
que los nórdicos no leerán Catulo no leerán.
GANSOS EN EL PARQUE
Ahí van los idiotas liceanos con sus tamborcillos y sus timbales
y su paso de ganso
gansos al paso serán abogados, bandidos, bomberos
inadaptados como este que escribe bajo el ligero temblor de la dislexia
tambor acaso
que resuena al paso de unos padres temblorosos orgullosos
que babean imágenes
y gritos
frente al gran espectáculo del mundo como si una orquesta de moda
estallara en acordes en medio de la pista del ceniza
o de un circo acaso Ahora miran al frente
el futuro es una gran madre con sus pechos al aire que los acogerá
en victoria
victoria es la palabra que repetirán mañana cuando en el parque
en la plena estación de la locura
o la cordura
te seguirán a coro a morderte las piernas a saltarte en la cara
pues su pequeño espacio en el punto inasible de algún raro infinito
lo amenazan tus pasos discordantes Ahí vienen
los idiotas liceanos con su tamborilleo
tras tu furiosa sombra
tan
a paso
de ganso.
YO NUNCA ESTUVE EN AMBATO
Yo no conozco Ambato
me han dicho que en sus calles han nacido escritores y próceres
y tal vez hasta toreros
y algún movimiento que sacudió esta tierra como un movimiento
de tierra
pero no todos los próceres de la patria han nacido en Ambato
ni todos los escritores ni todos los toreros ni mucho menos
todas las muchachas hermosas de este país al centro de la tierra
que pueblan las tardes de domingo los paseos de la capital
aunque de Ambato han arribado muchachas más hermosas
que el Pinchincha
más hermosas incluso que el mismo Chimborazo
muchachas más peligrosas que el Terminal del Sur
que amarizar en Quito sobre una laguna rodeada de edificios
en medio del camino de la vida
y por eso siento por Ambato una nostalgia casi suicida
aunque jamás estuve en Ambato aunque tal vez me sea difícil
hallar la huella del camino
y en los sueños sea un valle placentero donde amanezco en cada sueño
deseoso de vivir y bendecido.
ESCRITO EN ESTOCOLMO
Y qué será de Patricio?
Con su ceñudo gesto se echará unas copitas en memoria
de quizá cuál recuerdo / nieve / luz artificial
/ el silencioso túnel de algún Metro
camino hacia sí mismo (el timbre de un teléfono
irrumpe en el poema)
Su voz apenas queda registrada en la imagen
-una fotografía fechada hace unos años-
resuena en la consola al reinventar su nombre
La pantalla es oscura
el ceño es de mi padre la calva de mi abuelo
su amor al viejo libro lo copió desde niño
y ahora entiende a Shakespeare y se ríe en los buses de sus tontas
novelas medievales
Lo miro en este texto:
tiene casi la edad que yo tenía en ese instante
en la misma ciudad cuando llegaba
sin saber de un regreso
(el timbre de un teléfono extiende sobre el tedio
su ruido por la tarde) Es ya casi verano
y ahora los papeles se invirtieron como puntos cardinales
(lo dijo Ángel González) que ocultan sus ganancias:
tiempo tiempo tiempo
Traquetea el olvido como un tren subterráneo
y en cada andén el viento levanta algún retrato
-un cómic arrojado desde un tren extranjero (*)-
que alza como un hijo en repentina risa
y lo arrastra a lo oscuro.
(*) Íbamos en busca de la libertad de América/ El tren era un cansado jadear sobre la pampa/ y esas líneas te dije son trampa para incautos/ Lancé por la ventana tu revista/ y con ella -ahora sé- deshojaba mi imagen/ Has cobrado esas páginas/ cada cuadro cada globo cada color has revisado/ Difícil detener ahora esa marcha/ aullar como ese tren antes del túnel/ bajar y recogerla entre los restos/ cambiar de itinerario/ Éramos cuanto somos quizá algo más pobres/ o más aventurados/ Tal vez eso olvidaste mas no aquel cómic/ Cada palabra tuya lleva rencor en su trazado/ y a veces florece con el vino/ al paso de la ausencia/ No hay fin para esta historia/ es parte del guión equivocado/ panfleto de algún cuento/ que silba en la memoria y nos persigue/ como el retrato de una estación ya muerta.
CADA VEZ QUE REGRESO A MI PAÍS
Cada vez que regreso a mi país
cada vez que de un corto viaje regreso a mi país
Los viajeros que regresan después de un largo viaje
aplauden en la losa
aplauden largamente al término del vuelo
y en el extenso aplauso logra posarse el ala
con un graznido sordo como rumor de plumas
Algunos lloran en silencio
aplastan su nariz así un niño en la vidriera
y pequeñas figuras agitan sus brazos a lo lejos
más allá de los ínfimos vehículos y de las escalerillas
y aplauden y aplauden hasta tomar los bolsos
y arrastrar las valijas como un ave enjaulada por los corredores
camino a las aduanas
¿Que aplauden los viajeros?
¿Aplauden su regreso la pericia del vuelo
la imagen de la casa después de tantos años?
Sepa Dios que aplauden los viajeros
al posarse en la losa
el ala que los guía
mas agitan sus brazos como una gaviota
sorprendida en el nido en medio de la noche.
HIJO DE SASTRE
Para Carlos Amador Marchant
Es cierto que ando roto
no soy un buen modelo para el género humano
mis costuras se abrieron como heridas de guerra
Con la tiza en el suelo dibujó mi silueta
su imagen semejante
Y nunca dio con hilo una puntada
y pasó más de un camello por su ojo de aguja
y no encontré su aguja en el pajar.
EL PODER COMUNAL CORROMPE A LOS MÁS NECIOS
Está bien, pero Nicolás Machiavello nunca hizo otra cosa
sino escribir, amar un poco, quejarse de su fealdad
La ciudad puede bien ser el mundo o el registro del mundo
y en los tiempos futuros una aldea a su nombre
aún cuando ni pueda deletrearlo
Con todo recibió mujeres en su casa pobre y sin caballos
Legiones cayeron a su mesa y así fue conocido
no más por quien su mano un día supo
A veces por un alma perdida que deseaba salvarse
redimiendo su alma ya perdida
Y no escribió, por último las crónicas
sin nombre y sin oficio
fueron hechas por otros.
ALUMNAS
Me tratan de señor estas mujeres
bromean con mi edad como si nada
ocurriera en la piel cuando es octubre
y ellas abren los ojos y ventanas
Me tratan de señor y se iluminan
las piernas con el sol y la sonrisa
Yo escucho susurrar sobre los años
así una tibia sala en primavera
Ayer no más les digo y ya sonríen
y se extrañan de oír esta mirada
Pues es la misma piel los mismos labios
la misma edad que fluye desde entonces
Inversa es la retórica repito
Lo que es ayer mañana será siempre
este cuerpo mi nombre mi costumbre
de acercarme a sus rostros como a un árbol
cuando germina el año
Mas una brisa aleja los colores
y me tratan de señor
estas mujeres.
LAMENTO DEL CENTRODELANTERO
Siempre supe que yo era el mejor de la cuadra
pero a los otros dale con juntas de vecinos
con el hermano de la reina del curso
con el heroico hijo del defensa central
compañero del Partido ahora exonerado
Siempre supe que yo era el mejor de la cuadra
el de las cartas de amor el de las palomitas
el de la media chilena y el cabezazo en el área
el inventor del chanfle envenenado
Aquellos me copiaban hasta el modo de andar
Yo no quería más cueca
fui el artífice de cuanta dicha aquellos aplaudían
como anónimo chico como asunto de otro
Me reía observando afuera del tablero
me lloraba mirando la fiesta y la vecina
Siempre supe que yo era el mejor de la cuadra
y ahora me repiten que no me conocían
me confunden con otro
y me abrazan
y alaban en su nombre las cosas que yo hice.
VISIÓN DE LOS CICLISTAS
Desde lo alto los ciclistas migratorios avanzan a la estación terminal
Una bandada de hormigas signos
de otras edades abajo en el tablero
Mas desde la avenida no se aprecia el cortejo
ni las ovejas al crematorio
ni los suicidas al escenario
ni aquestas bestias al matadero
La orquesta de colores prosigue se persigue
se cruza en el espejo de los pájaros
uno toma la punta otro le continúa se renuevan
Ninguno parece circular en dirección opuesta
ni las ovejas al escenario
ni los suicidas al matadero
ni aquestas bestias al crematorio
La bandada pareciera continuar entre gritos o murmullos
Bien puede el paisaje confundirse con sus elementos
un mero montaje del ojo desde arriba
la vera invención de interpretar la imagen
vértigo de comprender los hechos
y estas ovejas al matadero
y estos suicidas al crematorio
y aquestas bestias al escenario.
DOS MANDAMIENTOS EN UNO
No se mata a quien se ama
La bala hunde la tela rasga la carne
corta los vasos capilares
quiebra los huesos atraviesa
órganos rastroja cartílagos
sale y arrastra restos de piel
que el viento
limpia y lanza al aire como
fragmentos de un amor perdido
La bala entra limpiamente a través
del vidrio
choca los muros baila en el piso
se detiene
A veces suenan las sirenas
No se mata a quien se ama.
Juan Cameron (Valparaíso, 1947) Hijo del abogado Juan Carlos Zamorano y de Guisela Cameron, apellido que el poeta adquiere posteriormente. Ha publicado una treintena de poemarios, los más recientes So we lost Paradise/ Selected Poems (Nueva Zelandia, 2013), Ciudadano discontinuado (Querétaro, México, 2013), Bitácora y otras cuestiones (Ecuador, 2014) Comme une bicyclette a l’air libre (Nancy, Francia, 2014), Fragmentos de un cuaderno con vista al mar (Salamanca, España, 2015), Robert Burns y otros poemas (México, 2015) y Algunos poemas (Lima, Perú, 2015). En el 2016 editó su recopilación Poemas desde el andén bajo el sello de la Universidad de Valparaíso. Ha obtenido numerosos certámenes en Chile y en el extranjero y ha recibido varios reconocimientos, los más recientes de la Universidad de Valparaíso y por el Ayuntamiento de Salamanca, donde fue nombrado Visita Ilustre. Figura además en una treintena de antologías de poesía chilena y en 1996 le fue otorgado el Premio Municipal de Literatura de Valparaíso.