Revista Latinoemerica de Poesía

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4. Pedro Ortiz



 

POESÍA CON PIEL DE TIERRA

La poesía de Pedro Ortiz es un homenaje a la Madre Tierra, por eso el agua, la selva, las semillas, los animales y las piedras sagradas pueblan sus versos.

El autor de estos poemas nos acerca a la riqueza cultural del sur del país. Comparte con nosotros el Samai –aliento– que nos permite conocer y aprender de las maravillosas personas que habitan este territorio. Donde la “palabra” tiene una gran importancia y se  considera el hablar bonito (suma rimai), uno de los principios que rigen la cosmovisión del pueblo indígena Inga, junto al pensar bonito (suma rimai) y al vivir bonito (suma kaugsai), coordenadas hacia las que se dirige la obra del joven poeta del Putumayo.

(Esta selección de poemas está acompañada por un glosario que nos comparte el autor) 

 

 

 

 

ATÚN PUNCHA

Sonaron los tambores,
bututos y cascabeles anuncian la llegada
de todos los exiliados de la nostalgia.
Ya es tiempo de las flores,
de abrir los corazones,
de reunir los pasos errantes,
los pasos perdidos en ciudades distantes,
y armonizarlos en un solo baile…
Calmaremos con chicha la sed del viaje,
comeremos en el mismo plato los frutos salvajes
y dejaremos en el equipaje —olvidadas—
nuestras hambres personales.
¡Que la alegría se extienda por el parque!
¡Que la alegría sea de niños y ancianos!
¡Que la alegría contagie por igual a propios y extraños!
Que tu espíritu esté dispuesto a perdonar y ser perdonado,
porque hemos llegado, danzando, al día esperado.
Será la música, serán los cantos milenarios,
será el grito de los antepasados,
serán tus manos lanzando las semillas,
nuestra forma de decir gracias a la tierra por la vida.
¡Que la alegría se extienda por el parque!
¡Que la alegría sea la constante
en todos los hombres y mujeres
que hunden sus pies en el Valle!
Porque hemos llegado, bailando, al Día Grande.

 

 

 

 

 

MEMORIA INGA Y CAMËNTSÁ

Es noche de luna en tus ojos;
atrás dejamos la casa,
y aún el calor de la hoguera
nos calienta los huesos.

Traes las manos repletas de semillas;
vengo con las mías, cubiertas de tierra
desde mi última caída.

Sobrevendrá la lluvia, no hay duda.
Todas las criaturas abandonan el camino
y se refugian en el misterio de su nido.

Mientras nosotros nos valemos del silencio cómplice,
para dirigir las manos al cielo,
para mirarnos a los ojos sin sentir miedo,
para esperar que caiga el agua, con sabor a beso,
y fecunde al fin nuestro amor secreto.

Seremos así, al salir el Sol,
el bosque en la mirada del abuelo;
seremos la vida
que llevan en la sonrisa
los niños de nuestra Amerindia;
dispondremos de la medicina natural
para sanar el espíritu guerrero de nuestro puebloancestral.

Y de esta forma
—ya unidos,
ya semillas, ya canción,
ya carnaval —
nuestro amor,
en el tiempo y en la memoria Inga y Camëntsá,
por muchas lunas
perdurará.

 

 

 

 

 

SAMAI

Sóplame, que te respiro;
sopla más, y haz que arda mi espíritu.
Crea la música, y llámame al oído.
Crea la música, y llámame al oído.

Sopla, y no te detengas.
Sopla tanto como puedas;
pero enseña a mis raíces,
a aferrarse fuerte de la tierra.

Si en un descuido me pierdo,
y se extingue en mí el fuego,
no dejes de golpear una contra otra las piedras,
inventa luces y luciérnagas
que me sirvan de señales en medio de las tinieblas.

Reanuda en mí la magia,
y háblame del relámpago,
del Hijo del Trueno,
del rayo que provocará el incendio.

En esta hora,
no apartes de mí tu boca;
y sopla,
y aviva mis llamas,
y sálvame con tus palabras;
tráeme alivio con tu waira,
y quédate conmigo,
y más nunca te vayas.

 

 

 

 

 

LECCIONES EN MANOY

I
Ella dijo iaku, y yo me ahogué en sus aguas.
Ella dijo nina, y me devolvió la vida.
II
Ella dijo waira, y yo volé sin alas.
Ella dijo alpa, y yo desperté soñando que sembraba.

Entonces, ella me explicó:

Primero: “No importa lo que tengas que afrontar,
si miras hacia atrás, hacia tu pasado, tendrás un pueblo dándote fuerzas para luchar”.

Segundo: “No importa a dónde vayas, ni que tan alto llegues, tú eres hijo de esta tierra, y a ella te debes”.

 

 

 

 

GLOSARIO

Atún Puncha: Día Grande; es la fiesta más importante del pueblo Inga. Es costumbre que los indígenas que no están en el Valle de Sibundoy retornen para esta fecha.

Camëntsá (CamuentsaCabëngBiya): “Hombres de aquí con pensamiento y lengua propia”. Comunidad indígena de BëngbeUámanTabanóc (“Sagrado lugar de origen”), en el Valle de Sibundoy, departamento del Putumayo, Colombia.

Inga: Pueblo indígena cuyo origen se remonta a los Incas del Tawantinsuyo (Cultura de los cuatro lugares del sol), Perú. Con una población aproximada de diez mil indígenas en el departamento del Putumayo, esta comunidad ocupa el quinto lugar en cuanto al número de habitantes entre los grupos étnicos de Colombia.

Samai: Palabra designada para significar el aliento o la respiración, con un gran valor espiritual para las comunidades indígenas del Putumayo, pues se considera al samai la forma de transmitir poder y conocimiento. Esta forma de comunicación nos conecta con los espíritus de cada ser que habita la tierra, de esta forma se puede aprender de las personas, los animales y las plantas. Cuando logramos estar samai, quedamos con el energía de los demás en el corazón, lo que significa lograr la armonía espiritual con la Alpa Mama o Madre Tierra.

Manoy: “Lo más antiguo”. Nombre en lengua Inga para el municipio de Santiago, Putumayo.

Alpa: Tierra.

Iaku: Agua

Nina: Fuego

Waira: 1.Viento. 2. Waira sacha: Conjunto de hojas utilizado por el Sinchi o medico tradicional en los rituales de sanación.

Pedro Ortiz nació el 28 de septiembre de 1988 en Santiago, Putumayo, Colombia. Poeta de ascendencia Inga (pueblo originario de Colombia cuyo origen se remonta a los Incas) cursó estudios en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Nariño. Es fundador del Festival de Literatura Valle de Sibundoy.

 



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