11. Julia Erazo
Selección y nota por Henry Alexander Gómez
La ligera línea de la noche, como un sueño dentro de un sueño, envuelve el erotismo que cabalga la poesía de la ecuatoriana Julia Erazo (Quito, 1972). Su estética es suave y contundente; un lenguaje que se hilvana con la ingravidez de la nube y el destello del relámpago. El juego preciso, la palabra solitaria que se enreda entre “sábanas de viento”.
Presentamos una muestra de poemas de una de las voces más importantes dentro de la poesía contemporánea ecuatoriana. La selección pertenece a los libros Tu verano en mis alas y Verbal, publicados conjuntamente por La cabra Ediciones de México, D. F., en el año 2012.
TRUEQUE
me regalas un ramo de palabras rojas
un ramo de diablesas
un beso que perfora una pared de heliotropos
hoy no hay onomástico
no existe nuestro aniversario
no ganó ninguna batalla el crepúsculo
encontré tus lágrimas desnudas
las enjugaron mis hombros
DESORIENTACIÓN
la tarde nos enseña sus áureos colmillos
Nos muerde el torso los hombros
Se embebe en mi cuello
en tu mirada un par de murciélagos extraviados
ENTONCES LOS PÁJAROS
resbalo en el jabón de tus labios
caig
o en pi
c
a
d
a
alas de espuma mis manos
DE MARIPOSAS
tomas la miel de mis heridas
atas tu verano a mis alas
remontamos entre sábanas de viento
nos persiguen demonios
y dioses
NÉCTAR
el temor se enreda en los brazos del naranjo
se crispa entre sus ramas
un joven colibrí clama por alimento
entre estambres y pistilos
el ave se abre paso
entra resbala vence es vencido
desata olas de rocío
la brisa se incorpora para saludarle
plumas azules baten su cuerpo
alcanza el néctar
TRÉBOLES Y HOJAS
tréboles de cuatro hojas ascienden al cielo
arropan mi cuerpo desnudo
lo guarecen de la lluvia de las tormentas solares
alguien dice mi nombre me llama a través del bosque
pero yo he dejado todas mis pertenencias olvidadas
para sufrir la vida de los árboles
para clavar mis raíces como dedos sedientos buscando
otras manos
solo los tréboles de cuatro hojas pueden ascender al cielo
trepar por mi cuerpo desnudo
cubrirlo guarecerlo dejarlo ser sin nombre
el bosque productor de ecos distantes calla
PASEO MARINO
debajo de mi falda
una playa sin orillas
tu cuerpo
MUDANZA
llega de un país lejano del ahora
sobrevuela los andenes
como pájara recién parida
encuentra la barrera del aire
lo fértil e infértil de la tierra
por la tarde sembrará los sueños
un hogar para el hijo
heredero del último viaje
RUIDO SALVAJE
el invierno ha sepultado tus huellas irremediablemente
una araña ata los hilos sueltos
algunos pies corren descalzos por mi casa
no queda rastro de ti
sólo un poco de azúcar derramado sobre la mesa
PALABRA
tus poros tus caras tus fracturas
tus azules tu granja de lunas
tus cigarrillos tus tacones
tus abrigos sin mangas
tu invierno descalzo
tus uñas torcidas
tu hipotermia
tus cristos
tu polvo
tu luz
tú
PUERTO
partimos una y otra vez
navegamos en un extenso río
llegamos a un cruce
nos aprietan las botas de agua
allí hay una residencia
un caracol cerca de la orilla
PARAGUAS
ya parte el tren
se lava el adiós a través de las ventanas
queda el violeta de la tarde
y unos cuantos paraguas
cerrados
perplejos
CADALSO
un buen día
un hombre saca sus redes
pesca su sed
vuelve a llenar su redoma
sus pasos han desdibujado el camino
intenta rehacerlo con las manos
un buen día
ellas aprietan su cuello
AMNESIA
la escoba ha quedado abandonada
la abuela escucha apenas
llantos lejanos de carretas
de vez en cuando su rostro
sobre la opacidad de una taza
de vez en cuando de la regadera
un elixir para el pasto seco
de vez en cuando el crujido de tablones
bajo el peso del olvido
ay la abuela
un cardumen de fantasmas
la acompaña la arrastra
un cántaro de silencios
le ha sembrado canas y miedos
un sol nocturno
la sepulta
Julia Erazo (Quito, Ecuador, 1972). Ha publicado el cuaderno de poesía Imágenes de viento y de agua (2008) y el libro Verbal (2008). Sus textos han aparecido en antologías y revistas ecuatorianas y extranjeras como Eskeletra, Palabra de mujer, Mango, Los amigos de lo ajeno (Buenos Aires), Punto de Partida (México), revista virtual Círculo de poesía (México), El Cobaya(España), así como en antologías de la lírica ecuatoriana actual, entre ellas, Ciudad en verso (2004), La voz de Eros. Dos siglos de poesía erótica de mujeres ecuatorianas (2006), Antología de poesía ecuatoriana. De César Dávila Andrade a nuestros días (La Cabra Ediciones, México, 2011) y antología franco-hispana Apartar lo blanco de la luz (2011). Es coautora del libro La voz habitada. Siete poetas ecuatorianos frente a un nuevo siglo (2008).
Su obra es reconocida por la crítica como una de las voces más centradas, notables y verdaderas de las últimas promociones de poetas ecuatorianos.