Revista Latinoemerica de Poesía

Revista Latinoemerica de Poesía

post

18. Javier Bozalongo



Nota y selección por Hellman Pardo

 

Y si la casa es oscura, o el viaje improbable, Bozalongo perpetúa toda sombra para sostenerla en la luz, en la claridad. Como pez que huye de su resignado aleteo, encubre los rastros del abandono, y enciende los caminos trazados. Su poesía insinúa, sugiere, testimonia. Al igual que los relámpagos multiplican la lluvia, su palabra logra diseminarse por todo el lenguaje.

 

De “Viaje Improbable”  (2008)

 

UN HOMBRE NUEVO

Olvida lo que sabes.
Vacía tu memoria.
Deja la mente en blanco.

Sólo así podrás ser un hombre nuevo.

No sabiendo mentir
sentirás en tu nuca
el aliento de la perplejidad,
la palidez de aquellos
a quienes su contrario desconcierta,
y verás en sus ojos
reflejado el temor, como una llama
que despacio alimenta
la hoguera que provoca.

Incluso junto al mar arden recuerdos.
El agua siempre encuentra el camino de vuelta,
las señales efímeras de una vida anterior.

No cargues con maletas
que no son equipaje sino lastre.

 

ESPLENDOR

Soltamos la serpiente
que escondes en el cesto
provocando entre el público
la huida que nos deja en minoría.

Al lado del reptil
permanecen los lentos
aturdidos por el sonido
del falso cascabel.

Así el presente repta alrededor
y fija su mirada en nuestros ojos,
hipnótico esplendor de un hoy vacío.

 

DUERMEVELA

Ahora que no dormimos como antes,
y en el silencio oscuro contemplamos al otro
cual espectro nocturno atizando vigilias.

Ahora que los años nos hicieron mayores
sin cedernos a cambio aprendizaje alguno.

Ahora que los años nos hicieron más fuertes
cuando apenas tenemos ya de quien defendernos.

A tu lado ya sé que tendré nueva luz.
Enigmática luz, tan clara y pura
que tan sólo se ve en lo que desvela.

 

MATERIALES INDELEBLES

En ti se vuelve el día estatua, y permanece
quieta, mudada en piedra la férrea voluntad,
fijada en duro bronce nuestra más fiel y dulce
y reciente memoria.

Hecho todo de mármol tu amanecido mundo
y tú, fundida en oro, derramándote
sobre quienes después de conocerte
sólo somos soldados a la puerta de un templo
de paredes templadas en acero,
de suelo de hormigón, de vidrio biselado
tras el cual mantenemos oculto nuestro idilio.

 

 

De “La Casa a oscuras” (2009)

 

LA CAJA DE LOS SUEÑOS

Aunque dejaste atrás la juventud
no olvidaste los sueños.

En todas las mudanzas les hacías un hueco
en el camión que transporta la vida.

Entre la inmensidad de un mar de cajas
una, sin etiqueta,
contenía lo mejor de ti mismo.

El recuerdo de un nombre, escrito con navaja
sobre el tronco de un árbol, junto al tuyo;
los libros, los amigos
y las fotografías
de los peores años.

Abres por fin la caja
con minuciosidad de detective
y guantes contra la nostalgia.

El nombre sobre el árbol se ha quedado sin rostro,
y las ciudades se parecen tanto
que son todas la misma y son ninguna.

¿Creías que eran sueños lo que fueron fracasos?

 

NO

Si las flores huyen de los jardines
y las lágrimas fluyen al interior del ojo.

Si llueve hacia las nubes.

Si crece hacia la tierra el árbol
y hunde sus raíces en el aire.

Si alumbra el sol tu insomnio
y la luna calienta el mediodía.

Si avanzas hacia atrás
no vuelves al principio.

 

RECIBIDOR

Todo lo construido tiene aquí su principio.

Entre una puerta y otra
damos la bienvenida a las visitas.

Encima de la mesa siempre hay sobres
con los reclamos de los mercaderes,
y casi nunca cartas
que acerquen el calor de quienes ya se fueron.

Nos recibe en silencio el tiempo abandonado.

 

PERFIL

El viento, al superarla,
dibuja su perfil.

El aire no atraviesa
el vacío que deja.

Otros cuerpos no llenan
el hueco de su ausencia.

No cierres más los ojos.
No ciegues más ventanas.
La luz, por más que duela,
certifica la pérdida.

 

LUZ, CONTRALUZ

El que apaga la luz
no siempre busca el sueño.

A veces, en lo oscuro,
sus ojos se acostumbran a mirar
lo que no ven de día:
viene un niño corriendo
detrás de una pelota siempre esquiva,
hay un adolescente con un libro en las manos.

Detrás de los cristales de sus gafas,
amor que no encuentra reflejo.

A todos los protege la sombra de un poeta:
Alberti, Juan Ramón, Machado, Federico;
después Ángel González, Vallejo, Jaime Gil…
todos le dicen cómo,
descubren el porqué
mientras alguien pregunta
cómo sabremos cuándo.

El joven, sorbo a sorbo,
bebe el café del tiempo y se hace hombre,
definitivamente padre,
dubitativo faro
a merced, como siempre, de las horas:
las menos, de descanso,
las demás persiguiendo
lo mismo que aquel niño
que no supo jugar a la pelota.

El que enciende la luz ya no es el mismo.

 

MUNDO VEGETAL

Cuando alguien de mi edad
cuenta cómo robaban nidos
al salir de la escuela,
nunca pienso en los pájaros
sino en mi propia infancia,
niño en ninguna parte satisfecho:
ajeno a la ciudad de los inviernos
y ajeno a los veranos en el pueblo.

Los árboles que guardo en la memoria
no custodian un río,
están en una plaza dando sombra,
hacen de portería en el colegio,
esconden los primeros besos.

Si son muchos, desde la ventanilla
confundimos sus nombres,
no hablen al conductor,
no escupan, no blasfemen,
rezaban los carteles de aquellos autobuses.

Mi mundo, vegetal, no es de este reino.

 

HACIA OTRA ORILLA

Una sonrisa surge de la nada
como nacen las olas mar adentro,
sin que nadie lo espere,
arrasando castillos infantiles
al llegar a la orilla,
cuerpos desprevenidos
entregados al sol.

Una sonrisa cura
como un sol que calienta la arena de los días.

Soy espuma
siempre en la superficie de las horas:
sin tiempo para todo,
sin nada para el tiempo.

Una sonrisa cura,
corriente subterránea
que te empuja, otra vez, hacia la vida.

 

JAVIER BOZALONGO (Tarragona, España, 1961) Ha publicado los poemarios Líquida nostalgia(2001), Hasta llegar aquí (Cuadernos del Vigía, 2005), Viaje improbable (Renacimiento, 2008) por el que obtuvo el XI Premio Surcos de Poesía; y La casa a oscuras (Visor, 2009), al que le fue concedido un Accésit del Premio Jaime Gil de Biedma de la Diputación de Segovia. Su primer relato publicado, El último tren, obtuvo un Accésit en los Premios del Tren 2011. En 2012, el Festival de poesía de Costa Rica publicó la antología Nunca el silencio. Es asesor del Festival Internacional de Poesía de Granada. Ha colaborado en revistas como Cuadernos Hispanoamericanos o El Maquinista de la Generación, del C.Cultural Generación del 27 de Málaga. Dirige la colección de poesía de Valparaíso Ediciones (www.valparaisoediciones.es).

 



Nuestras Redes