Revista Latinoemerica de Poesía

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62. Frank Báez



 

Frank Báez (Santo Domingo, 1978) nos recuerda que la poesía no descansa, que se renueva una y otra vez. En sus poemas, concretos, directos y sin artificios, prexiste una autenticidad que nos muestra la naturaleza globalizada de un universo que convulsiona, el cual es observado desde una bella música interna.

Este autor dominicano le ha enseñado a las nuevas generaciones que la poesía debe aterrizar, que habita cada fracción de nuestro entorno y que el lenguaje debe ser el que configura la realidad inmediata, es decir, urdir con las palabras del tiempo en que vivimos.

Acá una pequeña selección de su trabajo:

 

 

 


MI AMIGO CAMINA HACIA EL SILENCIO

Mi amigo decidió
que no iba a escribir más
estaba sentado en el metro
en dirección a su casa
tarde en la noche
cuando se dijo
que no más
que ya no es necesario
que uno sencillamente puede
dejar de escribir y renunciar
como uno de esos árboles
que en primavera se niegan a que
sus hojas broten
y eso hizo mi amigo
decidió que no iba a escribir más
y que cuando le viniera
el impulso
lo iba a ignorar
o mejor aun
iba aprovechar esa energía
para hacer otra cosa
como caminar
y eso hizo
se puso a caminar
por Manhattan
y cuando le preguntaron
hacia dónde iba
él respondía que caminaba
hacia el silencio y bueno el silencio
no existe
el silencio es una metáfora
en un experimento John Cage demostró
que no existe el silencio
se metió en una cámara a prueba de sonido
y se dio cuenta de que en todo momento
seguimos escuchando
el latido de nuestro corazón
o la circulación de la sangre
es decir que nuestro cuerpo es lenguaje
o mejor aún que el lenguaje es vida
pero a mi amigo esto no le interesa
y sigue caminando
en busca del silencio
y pronto hundirá sus zapatos en la nieve
y avanzará como si fuese el primer
explorador que alcanza las regiones del silencio
y los copos de nieve caerán cada vez más rápido
como queriendo sepultarlo
y sus pasos en la nieve resonarán
al igual que sus versos que solo cesarán
cuando alcance el silencio
y la nieve borre una a una sus huellas y su cuerpo
y la ciudad blanca como una hoja de papel.

 

 

 

 


EN LA BIBLIA NO APARECE NADIE FUMANDO

Pero qué tal si Dios o los que escribieron la Biblia
se olvidaron de agregar los cigarros
y en realidad todas esas figuras bíblicas
se pasaban el día entero fumando
al igual que en los cincuenta en que se podía fumar
en los aviones y hasta en la televisión
y yo imagino a todos esos gloriosos judíos
llevándose sus cigarrillos a los labios
y expulsando el humo por las narices
en lo que aguardan
por sus visiones o porque Dios les hable,
e imagino a David tocando el harpa
en un templo lleno de humo,
a Abraham fumando cigarro tras cigarro
antes de decidirse a matar a Isaac,
a María fumando antes de darle a José
la noticia de que está embarazada,
e incluso imagino a Jesús sacando un cigarro
de detrás de la oreja y fumando
para relajarse antes de dirigirse a las multitudes
reunidas en torno suyo.
Yo no soy un fumador.
Pero a veces me vienen ganas y fumo
como en este instante en que miro la lluvia
caer tras la ventana
y me siento como Noé cuando esperaba
que pasara el diluvio y se la pasaba
de arriba a abajo por toda el arca
buscando donde había puesto
esa maldita cajetilla.

 

 

 

 


ANOCHE SOÑÉ QUE ERA UN DJ

Llamo por teléfono a Miguel y le pregunto
si piensa que me iría mejor de DJ o como poeta
y Miguel responde que siga como poeta.
Mi novia también dice que como poeta.
El hermano de mi novia dice que como poeta
y una jevita que hacía una fila en el cine y que recién conocí dice que como DJ.
Las menores me ven más como DJ
y las mujeres que compran en el supermercado
dicen que persista con los poemas.
Mi mamá dice que como poeta.
El plomero dice que poeta.
Los cinco poetas que conozco me dijeron
que me iría mejor como DJ.
Mi hermana se abstuvo de votar.
Fui a ver a DJ Tiesto
y una gringa me tomó de las manos
y me explicó que los DJ son criaturas de Dios.
-Son ángeles- dijo y mientras hablaba
yo imaginaba a los DJ volando
con sus turntables alrededor de Dios
como si fueran mosquitos y Dios los espantara
con la mano.
Pero bueno, la cuestión es si los poetas y los DJ
se pueden conciliar.
Si pueden ser uno,
si es posible escribir con una mano poemas
y con la otra pinchar discos,
si se puede ser mitad poeta y mitad DJ,
si del ombligo para arriba soy poeta
y del ombligo para abajo soy DJ
o al revés
o quizás que un poeta se convierta
en DJ las noches de luna llena
o quizás estoy exagerando
y en el fondo todo DJ quiere ser poeta
y todo poeta quiere ser DJ.
Hay una fábula en donde un DJ y un poeta
caen en un pozo.
Empiezan a vocear y a vocear hasta
que un hombre se asoma y les tira una
cuerda para irlos subiendo poco a poco.
Sube al DJ primero y cuando se la
arrojan al poeta este grita que lo dejen abajo
y el hombre y el DJ así lo hacen, aguardan
en silencio y se marchan al rato

 

 

 

 


LOS BEACH POETS

Ahora aprovecho para contarles la leyenda
de los Beach Poets.
Un puñado de genios que viven en las playas
haciendo poesía con las olas:
escribiendo odas, sonetos y elegías en las páginas del mar.
Los beach poets no necesitan ir a la universidad,
ni trabajar, ni pertenecer
a la federación nacional de Surfistas.
Les basta con tener oído para el océano.

Los beach poets reman y se suben
en las tablas con disciplina espartana,
dispuestos a domar la manada de salvajes y estruendosas olas.
Cuando meteorología anuncia un huracán
son los primeros que llegan a las playas.
Los bomberos y la defensa civil con megáfonos
les ruegan que salgan.

A los treinta, al igual que los poetas románticos, se retiran.
Algunos mueren ahogados.
Otros son atacados por tiburones y pierden
sus piernas o sus brazos.
Otros se hacen abogados.
Pero créase o no sus obras perduran.
Y noche y día, si uno se acerca lo suficiente al mar
puede escuchar como este ola tras ola las recita.

 

 

 

 


MILKY WAY

La primera vez fue cuando mi papá
vino de Nueva York con la maleta llena de milky ways
y yo probé uno y me sentí
como en esa escena de Charlie y la fábrica de chocolates
en que el protagonista se esconde para ver si su chocolate está premiado
aunque yo me escondía más bien para que mi mamá
no me quitara los chocolates
y les llevé a Pascual y al Seba quienes se engancharon tanto
al punto que cada vez que me veían acercarme
con los bolsillos llenos de milky way
babeaban como el perro de Pavlov
y después que probé los milky way
los rocky kid llenos de almendra no me sabían a nada
los crachi los más más los chocolates embajador
todos habían perdido su magia
y recuerdo que cuando en la clase de religión
el cura hablaba del éxodo de los judíos por el desierto
y del maná que Dios lanzaba desde el cielo
para que se alimentaran y no se murieran de hambre
antes de llegar a la tierra prometida
yo imaginaba que el maná eran pedacitos de milky way
que caían sobre la arena y sobre las piedras
y la analogía cobró más fuerza
cuando supe que milky way significaba Vía Láctea
así que piensen en esos publicistas buscándole nombre
a ese producto e imaginando que no hay nada más sublime
que comerse una estrella
y bueno ya han pasado dos décadas
tenía años que no probaba un milky way
la verdad hoy en día prefiero los snickers
Pascual y el Seba se fueron al norte
no sé bien en que ciudad vive Pascual
pero sé que el Seba vive en Nueva York
específicamente en el Bronx
la semana pasada nos vimos y paseamos por Manhattan
en un momento Seba entró a un seven eleven
para usar el baño y yo compré un milky way
y le pregunté al Seba
si le apetecía recordar los viejos tiempos
pero el Seba me dijo que ya no comía dulces
que era propenso a la diabetes
así que yo me comí el milky way solo
andando con el Seba por las calles de Manhattan
mirando de vez en cuando hacia arriba
donde había tanta niebla y tantas luces
que no se alcanzaban a ver las estrellas
y mucho menos la vía láctea

 

 

 

 

 

TREINTA AÑOS

Dentro de unas semanas voy a cumplir treinta años.
Comenzarán a salirme arrugas,
patas de gallina, papada.
Me crecerá de pronto un bigote tercermundista.
Perderé habilidades.
Adquiriré complejos.
Me pondré paranoico
ante la inminente caída del pelo.
Mi cancelación.
La cara en el espejo.
La disminución de neuronas.
El matrimonio.
Las deudas.
Las enfermedades de transmisión sexual.
La impotencia sexual.

A los treinta ya no enfrentas la vida
como un cazador de búfalos
sino como un tráfico que dirige el tránsito
y que teme que lo atropellen
y es que tienes más posibilidades de morir
que por ejemplo a los veintiuno
que fue la edad en que tomé una guagua a Cabarete
y me pasé la tarde y la noche sentado en la playa
mirando las olas del mar
y pensando en que caminaría entre las aguas
hasta ahogarme
como lo hizo la poeta uruguaya,
aunque al final desistí pensando en todos los poemas
que me faltaban por escribir.

O la vez en que estaba con una mujer ajena en un carwash.
O el tiroteo en Plaza Central.
O el año pasado que me metí en el mar
con un amigo ruso y las olas nos embistieron
semejantes a una manada de toros
que pensé que de esta no me salvaba nadie.

Llegar a los treinta gordo y con las posibilidades
de disfrazarte de Santa Claus en Navidad.
Tomando pastillas. Jugando la lotería.
Comprando productos bajos en calorías.
Empeñando prendas, licuadoras, anillos.
Visitando un psicólogo a escondidas.
Bebiendo los lunes con el equipo
de softball de la compañía.

Tener treinta y ser el hazmerreír de los poetas
de veintidós y veinticuatro.
Las musas siempre se van con los jóvenes poetas.
Tacharán mi teléfono y mi dirección de sus agendas.
Finalizada mi carrera de poeta
escribiré mi obra completa en el campo.
Todo mi público será un sarcástico gato.

A los 20 uno escribe poesía como si fuera un reactor nuclear.
A los 30 uno escribe como si fuera el operario del reactor nuclear.

Atravesaré los treinta sobre una tabla de náufrago
soñando que los cuarenta serán peores o mejores.
Triste como un vendedor de zapatos del Conde
retornaré de la oficina tarde en la noche.
No sólo tendré los zapatos mojados por la lluvia
sino también el ruedo de los pantalones,
las medias y los pies.

 

 

 


Frank Báez (Santo Domingo, 1978) Es autor de los libros de poemas Postales, Llegó el fin del mundo a mi barrio y Este es el futuro que estabas esperando. También de Anoche soñé que era un DJ que fue traducido al inglés y publicado por Jai Alai books. De igual modo, la editora egipcia Sefsafa publicó una antología de su poesía al árabe. En Madrid publicó la plaquette Jarrón y otros poemas y el libro artesanal La Marilyn Monroe de Santo Domingo que contiene estampas del artista Nono Bandera. También ha publicado prosa. Por el lado de la narrativa, ha publicado la colección de cuentos Págales tú a los psicoanalistas; y por el lado de la no ficción, tres crónicas largas que están reunidas en el volumen La Trilogía de los Festivales. Es editor de la revista Global y coeditor de la revista de poesía Ping Pong. Junto a Homero Pumarol fundó y conforma el colectivo de spoken word El Hombrecito, que ha editado dos discos y un DVD. Ha sido seleccionado como uno de los 39 mejores escritores de ficción menores de cuarenta años en Latinoamérica por el Hay Festival, en su edición de Bogotá 39 – 2017.

 

 



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