Revista Latinoemerica de Poesía

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La desaparecida



Nota, selección y traducción de Laura Mora

 

LA DESAPARECIDA


A principios del siglo XX en el Alto Atlas marroquí (este de Marrakech) nació Mririda n’Aït Attik, una mujer adelantada para su época quién, gracias a sus raíces bereberes creo en la tradición oral poemas recurrentes a su cotidianidad: la prostitución, ser madre soltera, sus tormentos en el amor, el abuso de poder por parte de la ocupación francesa en su país e incluso, llego a predecir su propia desaparición en 1940. De lo poco que se encuentra de ella (incluyendo su única fotografía), es gracias a la traducción que hace René Euloge del Tashelhit* al francés en el libro Les Chants de la Tassaout en 1950.
*Lengua bereber hablada en el suroeste de Marruecos.

 

 

AZOU

Azou, le bien aimé si bien nommé,
Comment pourrais-je te résister encore?
Si mes yeux sont pour toi le silex à étincelles,
Ne vois-tu que la poudre est prête à s’enflammer
Et que je dénoue devant toi mes tresses noires?
Entre, referme la porte, et pousse le verrou…
Trop longtemps je fus insensible à ta voix.
Pourquoi m’affliger en me parlant de cadeaux,
Puisque je veux te faire oublier ma cruauté?
Je te donnerai tout ce que tu peux désirer.
A toi ma langue fine et mes lèvres humides,
A toi l’étau de mes jambes croisées!
Qu’importe si d’autres voient mes tatouages cachés!
A eux je me vends, mais à toi je me donne.
Désormais, Azou, tu es seul en mon cœur.
Qu’attends-tu pour ouvrir ma ceinture?
Azou, bien-aimé, prends mes lèvres,
Nos bouches resteront confondues,
Nos deux corps ne feront plus qu’un
Et nos deux cœurs seront dans la joie!

 

 

AZOU

Azou, el querido y bien llamado,
¿Cómo puedo resistirme a ti otra vez?
Si mis ojos son pedernal de chispas,
¿No ves que el polvo está listo para arder
y que desaté mis trenzas negras frente a ti?
Entra, cierra la puerta y empuja la cerradura...
Demasiado tiempo he sido insensible a tu voz.
¿Por qué me entristece hablar de regalos,
sí quiero que olvides mi crueldad?
Te daré todo lo que puedas querer.
A ti mi lengua fina y mis labios húmedos,
¡A ti el vicio de mis piernas cruzadas!
¡Qué importa si otros ven mis tatuajes ocultos!
A ellos me vendo, pero a ti me entrego.
Desde ahora, Azou, estás solo en mi corazón.
¿Qué esperas por desabrochar mi cinturón?
Azou, amado, toma mis labios,
nuestras bocas permanecerán confundidas,
nuestros cuerpos no serán más que uno,
¡Y nuestros corazones estarán en gozo!

 

 

LA FIBULE

Grand-mère! Grand-mère! Depuis qu’il est parti,
Je ne songe qu’à lui et je le vois partout…
Il m’a donné une belle fibule d’argent,
Et lorsque j’ajuste mon haïk sur mes épaules,
Lorsque j’agrafe le pan sur mes seins,
Lorsque je l’enlève, le soir, pour dormir,
Ce n’est pas la fibule, mais c’est lui que je vois !

Ma petite fille, jette la fibule et tu l’oublieras
Et du même coup tu oublieras tes tourments…

…Grand-mère, depuis bien des jours, j’ai jeté la fibule,
Mais elle m’a profondément blessé la main.
Mes yeux ne peuvent se détacher de la rouge cicatrice,
Quand je lave, quand je file, quand je bois…
Et c’est encore vers lui que va ma pensée!

Ma petite fille, puisse Dieu guérir ta peine!
La cicatrice n’est pas sur ta main, mais dans ton cœur.

 

 

EL BROCHE

¡Abuela!, ¡abuela!, desde que se fue,
sólo pienso en él y lo veo por todas partes…
Me dio un hermoso broche de plata,
y cuando ajusto mi haïk* sobre mis hombros,
cuando sujeto la sartén sobre mis pechos,
cuando me lo quito de noche para dormir,
¡No es el broche, es él a quien veo!

Mi niña, tira el broche y te olvidarás de él
y al mismo tiempo, olvidarás tus tormentos…

Abuela, hace días he tirado el broche,
pero me ha lastimado profundamente la mano.
Mis ojos no pueden separarse de la roja cicatriz,
cuando lavo, cuando salgo, cuando bebo…
¡Y todavía van mis pensamientos a él!

Niña mía, que Dios sane tu dolor
la cicatriz no está en tu mano, sino en tu corazón.

* Fue una prenda femenina tradicional norafricana de algodón, seda o lana; remplazada a finales del siglo XX por el hiyab.

 

 

C’EST TOUJURS AINSI EN CE BAS-MONDE...

Il y en a toujours un au-dessus,
Il y en a toujours un en-dessous
Et c’est toujours ainsi en ce bas-monde
En haut, la fortune. En bas, le déshérité.
En bas le faible. En haut, la force, la force...
Et c’est toujours ainsi en ce bas-monde...
Le mortier est fait pour recevoir le pilon
Comme l’enclume est faite pour les coups de marteau.
La meule dormante subit la meule tournante.
Le mulet ploie toute sa vie sous le bât.
La terrasse est bien lourde à la poutre qui la soutient.
Et le bon plaisir du Cadi pèse lourd lui aussi...
De grâce, n’allez pas lui chanter ma chanson!
Bonnes gens, n’ai-je rien oublié?
Et la femme qui est toujours sans défense!
La femme! La femme qui est toujours dessous...

 

 

SIEMPRE ES ASÍ EN ESE MUNDO

Siempre hay uno arriba,
siempre hay uno abajo
Y siempre es así en este mundo
Arriba, fortuna. Abajo, el desheredado.
Abajo los débiles. Arriba, la fuerza, la fuerza…
Y siempre es así en este mundo…
El mortero está hecho para machacar
como el yunque está hecho para los golpes del martillo.
La muela durmiente se somete a la muela giratoria.
La mula lleva toda su vida bajo la lona.
La terraza es muy pesada para la viga que la sostiene.
Y el placer del Cadí* también pesa mucho…
¡Por favor, no le cantes mi canción!
Buena gente, ¿no me he olvidado de nada?
¡Y la mujer que está siempre indefensa!
¡La mujer! La mujer que siempre está debajo…

*Juez civil de los países musulmanes.

 

 



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