Revista Latinoemerica de Poesía

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63. Carolina Zamudio



Compartimos una selección de poemas de Carolina Zamudio (Curuzú, Cuatiá, Argentina, 1973) pertenecientes al libro Rituales del azar/Rituels du hasard (Ediciones Villa-Cisneros, Francia, 2017), con traducción al francés de Rémy Durand. “Asumir la vida sencilla con el fervor de los oficios sagrados, permite, ante la presencia del asombro repentino del zar, expresar en el fondo rítmico de las palabras tanto la alegría como el dolor de ser en el canto de un poema: oficiar los rituales del azar”, nota del traductor.

“(…) En este universo movedizo, en el que día y noche se entrelazan, donde interior y exterior cambian de lugar como anversos y reversos de una misma prenda, se busca el refugio de una casa o de una hamaca. Se aspira a lo desconocido, pero desgarra el deber abandonar lo que ya se sabe. Se centra en lo cotidiano con una mirada retrospectiva, que anticipa el adiós. Sabemos que lo que irá a ocurrir algún día será a la vez impactante y terrible, una epifanía que ordenará el caos aparente y revelará la belleza. O tal vez sólo la muerte, como un despertar luminoso después de un sueño sombrío de la vida. No se sale indemne de la lectura de los poemas de Carolina Zamudio, porque sus rituales son mágicos, y nos enseñan a ver más allá del azar.”

Olivier Lécrivain
Pouligny-Saint-Martin, febrero de 2017

 

 

 

 

ESBOZO PARA UN AUTORRETRATO

No nos fue dado un guión.
Intuí al nacer que el paraíso me fue negado
la premura de parto
alumbró un camino en sombras
un trasluz de audacia que me ubica en bordes
por allí, erguidas o doblegadas
van las noches.

Tampoco nos fue dado un final.
Huyo del paraíso
me entrego a la lucha de los hombres
que es la falta de certezas
el exiguo tintineo de palabras
la razón o el amor, según el día
la convención, precaria
de la felicidad.

 

ESQUISSE POUR UN AUTOPORTRAIT

On ne nous a pas donné de scénario

J’ai eu l’impression qu’à ma naissance on m’a interdit
le paradis
l’urgence de l’accouchement
a allumé un chemin d’ombres
une lueur d’audace qui me dépose sur les marges
là-bas, dressées ou pliées
vont les nuits.

On ne nous a pas donné la fin non plus

Je fuis le paradis
je me livre à la lutte des hommes
le manque de certitudes
le tintement exigu de paroles
la raison ou l’amour, selon le jour
les conventions précaires
du bonheur.

 

 

 


CANSANCIO

Deberíamos morir todos así, de golpe
y ella clava su lengua de acero recién afilado
justo en medio de la médula de mi noche.

Sostengo el cansancio entre temblores
y ella sigue ―cándida y cruel―
tejiendo su día:
lo que queda de una enferma que aún respira
aunque quiera dejarse ir
que los restos de su madre sepultados años ha
deben ser cremados
que la muerte, la vida, la muerte.

Algo tenue, umbilical, nos mantiene
mientras una voz frenética hila dentro mío
quien me dio la vida debería abstenerse
de mezclar banalidad
con cuestiones tan cruciales:
la noche y el cansancio

 

FATIGUE

Nous devrions tous mourir ainsi, subitement
et elle cloue sa langue d’acier récemment aiguisé
au centre même de la mœlle épinière de ma nuit.

Je supporte la fatigue entre des frissons
mais elle est toujours là — candide et cruelle —
tissant ses jours :
ce qui reste d’une malade qui respire encore
bien qu’elle veuille se laisser partir
et que les restes de sa mère enterrés depuis de longues années
doivent être incinérés
et que la mort, la vie, la mort.

Quelque chose de ténu, d’ombilical, nous soutient
tandis qu’une voix frénétique tisse à l’intérieur de moi
celle qui m’a donné la vie devrait s’abstenir
de mêler la banalité
à des questions aussi cruciales :
la nuit et la fatigue.

 

 

 

ILUSIÓN DE SÁBADO

Agua se derrama hacia los ojos
nada quiere contenerse
cúpula magistral y abierta
enfatiza que
todo siempre estuvo allí.
Día vital y sin matices
suspiro profundo desde el estómago
la fuerza de la mano derecha
sobre el lado izquierdo del pecho.
La holgura del propio amor
sostenido y recóndito.
Son mentira
el sol, los pájaros, el cielo y su azul
el verde que estalla una verbena íntima
sábado, en la paz de una selva personal.
Es mentira el día
sin ojos que lo vean.

 

UN RÊVE DE SAMEDI

De l’eau coule sur les yeux
rien ne veut la contenir
un dôme majestueux et ouvert
déclare que
chaque chose a toujours été là.

Jour essentiel sans nuances
Soupir profond qui vient de l’estomac
la force de la main droite
sur le côté gauche de la poitrine.

L’amplitude de l’amour-propre
soutenu et caché.

Mensonges
Le soleil, les oiseaux, le ciel et sa couleur bleue
le vert qui fait exploser une fête intime
samedi dans la paix d’un forêt personnelle.
Le jour est un mensonge
sans les yeux qui le voient.

 

 

 


CODICIA

Hay reparo, avaricia en los bordes de la lengua
lo que se derrama todo inunda
un hueco de luz amanecido ancla
a una ventana la tarde
la frescura densa del agua
agita a lo lejos

por el ángulo de mis piernas sale el sol

donde antes se escatimaba un cuento
fantástico relato delira jadeante
la magia que cabría a lo lábil del momento
en historias prestadas oscurece demente
no hay ahora, nunca, quien extraiga y cuente
que dos cuerpos usados apenas improvisan.

 

CONVOITISE

Il y a de l’inconstance,
de l’avarice sur les bords de la langue
ce qui se répand inonde tout
un trou de lumière à peine né s’ancre
à une fenêtre l’après-midi
la dense fraîcheur de l’eau
remue au loin

à l’angle de mes jambes le soleil se lève

là où autrefois se dissimulait un conte
récit fantastique qui délire, essoufflé
la magie, que contiendrait la fragilité de l’instant
s’obscurcit, démente, dans des histoires plagiées
maintenant ni jamais il n’y aura personne
pour énoncer et raconter
que deux corps fatigués à peine improvisent.

 

 

 


LLORAR

Llorar no es limpiarse
es mojar un vestido
correr el maquillaje
ahuecar los surcos de la cara
como cauce de deshielo
es sangrar del color de la piel
dejar algo esparcido
con anticipación, sobre la tierra.

Limpiar los ojos sí.
Después de llorar
lo que se ve recupera el foco
el paisaje es más claro
la flor naranja, intensa
hasta el tacto más sensible.

Limpiar
es sólo cosa del agua
quizá de la lluvia, que no es agua
sólo un rito que esclarece.

Las lágrimas son como de aceite
deslizan aquello
que ―desde adentro―
viscoso
no puede más que verterse.


PLEURER

Pleurer n’est pas se laver
c’est mouiller un vêtement
laisser couler le maquillage
creuser les sillons du visage
comme une neige qui fond
c’est la couleur de la peau qui saigne
c’est quitter quelque chose d’éparpillé
à l’avance sur la terre.

Laver les yeux, oui.
Après avoir pleuré
ce que l’on voit redevient limpide
le paysage est plus clair
la fleur couleur orange, intense
jusqu’au toucher le plus sensible.

Laver
ça ne concerne que l’eau
peut-être la pluie, qui n’est pas de l’eau
seulement un rituel qui éclaircit.

Les larmes sont comme de l’huile
elles font glisser
ce qui —de l’intérieur—
visqueux
ne peut que se répandre.

 

 

 

 

CARICIAS

La gente anda llena de consejos
y los lanza como piedras.
De palabras se erigen
infalibles murallas
y sólo ellas mismas —otras—
pueden demolerlas:
sutiles como ostras frescas
carnosas como mangos maduros
blancas como nardos.
Lo menudo como avío
para un gran cambio.
Mejor aún, pronunciadas al pasar
al descuido
delgada caricia
para quien quiera atraparlas.
Palabras, no piedras.


CARESSES

Les gens donnent plein de conseils
et les lancent comme des pierres.

De murailles inviolables
se dressent des paroles
et elles seules — d’autres —
peuvent les détruire :
subtiles comme des huîtres fraîches
charnues comme des mangues mûres
blanches comme des tubéreuses.

De petites choses
pour un grand changement.

Mieux encore, vite prononcées
soit dit en passant,
avec négligence
douce caresse
pour qui voudrait les saisir.
Les paroles, pas les pierres.

 

 

 

 

LUZ

Sola.
No madre, no hija, no amante.
Artesana, camina entre las dudas.
Las certezas son del sol.
Con lágrimas, es de porcelana.
Cuidado con tocarla.
Se quiebra.

Agnóstica y maltrecha.
El vientre curtido de desgarros
cuchilladas.

La sombra del pasado
un grito de agonía.

Femenina
en lo que un día se duele
desentrama
se incendia
cuando lo sangrado es luz.

 

LUMIÈRE

Seule.
Ni mère, ni fille, ni amante.
Une artisane, qui marche parmi les doutes.
Les certitudes appartiennent au soleil.
Avec des larmes, elle est de porcelaine.
Attention à ne pas la toucher.
Elle casse.

Agnostique et maltraitée.
Le ventre entaillé de déchirures
de coups de couteau.

L’ombre du passé
un râle d’agonie.

Féminine
malgré la souffrance du jour
elle élucide
elle brûle
quand ce qui a saigné est lumière.

 

 


OTOÑO

Si muero en otoño
seré redimida por mi falta de fe.
Si muero en otoño
mi cuerpo vuelto polvo
volará al fin libre
―cadencia de hoja―
ocre, amarillo.

Si muero en otoño, joven
viva quizá con tesón
en las mujeres de mi descendencia.
Pues si muero en otoño este canto
será un presagio dulce lanzado de madrugada
al arrullo de los espasmos de mi madre
que duerme la casa de la infancia.

Si no es otoño, acaso, que alguien sepa
que la dulzura de castañas
la íntima penumbra de un atardecer cualquiera
hubiera sido el escenario certero
para deshojar de una vez, ese, el día.

 

 


AUTOMNE

Si je meurs en automne
on me pardonnera de ne pas avoir la foi

Si je meurs en automne
mon corps devenu poussière
volera enfin libre
– cadence de feuille —
ocre, jaune.

Si je meurs jeune en automne,
peut-être vivrai-je avec détermination
dans les femmes de ma descendance.
Car si je meurs en automne cette chanson
sera un doux présage lancé au petit matin
à la voix sourde — spasmes ‒ de ma mère
qui endort la maison de l’enfance.

Si ce n’est pas en automne, peut-être,
que l’on sache
que la douceur de châtaignes
l’ombre intime d’un banal crépuscule
aurait été la scène la plus juste
pour effeuiller ce jour, pour toujours.

 

 


Carolina Zamudio (Curuzú, Cuatiá, Argentina, 1973) Poeta y ensayista. Magíster en Comunicación Institucional y Asuntos Públicos por la Universidad Argentina de la Empresa y Periodista por la Universidad Católica Argentina. Miembro del Consejo Editorial de la Revista Literariedad de Colombia.
Publicó Seguir al viento (Argentina); La oscuridad de lo que brilla, edición bilingüe español/inglés, (Estados Unidos), la antología Doble fondo XII, a cargo de Juan Manuel Roca, junto a Víctor López Rache (Colombia), Rituales del azar, edición bilingüe español/francés (Francia), y las plaquettes Teoría sobre la belleza y Las certezas son del sol, (Argentina). Como antóloga, reunió en una Suma Selecta la obra poética de Luis Fernando Macías, bajo el título Todas las palabras reunidas consiguen el silencio (Estados Unidos).
Participó de diversos encuentros y festivales en Colombia, Estados Unidos, Perú, Cuba, España, Argentina y Francia, entre otros. Fue incluida en antologías de la Argentina, Colombia, España, Estados Unidos e Italia. Residió en Emiratos Árabes Unidos, Suiza, Colombia y Uruguay, donde vive en la actualidad.

 



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